Los inicios
Como cualquier niño siempre fui muy curioso e inquieto, pero la niñez da paso a la adolescencia, esa edad en la que te crees Superman, en la cual te rebelas contra el mundo y juegas a ser mayor. Esa impulsividad me llevo a dejar el bachillerato para trabajar como pintor (yo quería ser mayor), el cual supuso una gran decepción para mis padres. Normal, ellos siempre pusieron todo de su parte para hacernos la vida más fácil a mi hermana y a mí.
«Te arrepentirás…» me dijo mi padre. Y así fue, el curso siguiente estaba en un FP de Artes Gráficas, con el que conseguí un buen trabajo en una gran imprenta. Allí pasaría los siguientes 3 años de mi vida, dentro de una fábrica, con hornos enormes que desprendían un calor insoportable.
¿Realmente era lo que quería?
Convertir un problema en oportunidad
Corría el año 2011, sumergidos en la crisis económica del momento, la imprenta decidió prescindir de las últimas incorporaciones en las que me incluía yo. Al principio supuso una fuerte decepción, pero, ¿de qué valía lamentarse? déjame que te responda, de absolutamente nada. Realmente no me veía toda la vida encerrado en una fábrica, la vida me lo había puesto en bandeja, era hora de cambiar, de darle un giro de 180º a mí yo de aquel entonces.
Me puse manos a la obra, pero no sin antes hacerme alguna que otra pregunta: ¿Qué me haría feliz? ¿Qué me permitiría tener un futuro laboral más o menos estable en un mundo que cambia tan rápido? ¿Qué me permitiría trabajar a distancia?. Después de leer unos cuantos posts en la red, lo tenía: quiero ser programador, aunque por aquel entonces no tenía claro lo que era eso realmente.
Así es como en el 2012 me matriculé en un FP Superior de «Desarrollo de aplicaciones multiplataforma» el cual finalice en 2014 después de realizar las prácticas en Malta. ¡Ahora empieza la aventura!
El camino
Nadie dijo qué sería un camino fácil, pero al volver de Malta tenía claro a lo que me quería dedicar. Me encanta lo que hago, y la programación empezó a ocupar un lugar muy destacado en mi vida.
El mundo del desarrollo web o apps móviles se suele dividir en 2 grandes sub-grupos: FrontEnd (lo que él usuario ve) y BackEnd (lo que el usuario no ve).Como venía del mundo de las Artes Gráficas y el diseño gráfico mi camino natural era llevar los conocimientos de diseño y maquetación al mundo web. Y así fue, empece a trabajar en una agencia en Vigo maquetando temas para WordPress, pero ese no era mi objetivo final. El objetivo era entrar en alguna empresa potente del sector y empezar a desarrollar mi carrera como Desarrollador FrontEnd.
En 2015 finalmente conseguí lo que me propuse e Indra me dio la oportunidad de empezar a entrar en el mundillo de los grandes proyectos, una vez dentro es mucho más fácil que aparezcan oportunidades de poder participar en proyectos más atractivos. El mundo del desarrollo web es un mundo en constante evolución y una de las claves es mantenerse lo mas actualizado posible, para ello es necesario ser autodidacta; aprovechar todos los recursos tanto gratuitos como de pago que nos ofrece internet y no dejar de aprender. Así, en esa época, a España estaban llegando los frameworks de nueva generación como Angular, React, VueJs, etc. Estos frameworks trajeron una nueva forma de enfocar el desarrollo FrontEnd pasando de las arcaicas JSP (Java Server Pages) al nuevo paradigma de las SPA (Single Page Application).
Ya por 2016 decidí dar un impulso a mi carrera profesional y me fui a la capital. Madrid esta lleno de oportunidades y proyectos donde poder crecer, evolucionar y ser mejor desarrollador. Por ese entonces lo que más estaba de moda en las empresas del sector era AngularJS y busque un proyecto que me permitiese poder aprender forzándome a nuevos retos a la vez que trabajas. Pero a principios del 2017 llego VueJS y todo su ecosistema a mi vida, en el es donde focalice la mayoría de mis esfuerzos hasta el día de hoy. Pasando por proyectos de grandes empresas como Axa, Metlife, Decathlon, Casa del Libro, Deloitte, etc.
Pero en 2019 llegó el cambio más importante para mí en todo el proceso. Tomar la decisión de convertirme en autónomo (Freelance, suena más cool ;)) buscando mi total independencia y libertad total. No fue ni es un camino fácil, pero la recompensa al esfuerzo, las horas dedicadas a estudiar, los momentos de frustración, las horas sin dormir… todo ello, dieron lugar a este proyecto. Una mezcla de viajar y trabajar en algo que me apasiona.
«El primer paso: antes de que alguien más lo crea tú tienes que creerlo. No hay razón para tener un plan B porque te distrae del plan A». – Will Smith
Mi filosofía
En un mundo donde cada vez los valores importan menos y la apariencia más, me gustaría destacar algunos de los que fijan mi ética de trabajo:
- La curiosidad: nunca se deja de aprender, para mí es importante mantener la curiosidad activa, en un mundo como este es necesario estar abierto a cambios, a nuevas herramientas.
- La constancia: es duro, la fuerza de voluntad es algo que se trabaja, que cuesta conseguirla, pero cuando lo conviertes en rutina los frutos son increíbles, y hablo en primera persona 🙂
- La humildad: es importante ser realista, consciente de la realidad que te rodea y nunca creer que ya lo sabes todo. Estudiar un poco cada día es la clave para darte cuenta de que cuanto más lees, menos sabes.
- La perfección: no es necesario desesperarte por ella, pero si tenerla como objetivo, buscar la manera correcta de hacer las cosas suele tener un trabajo previo de investigación donde no ves resultados, pero luego ganaras tiempo y esfuerzo en no tener problemas generados por la falta de conocimiento.
- La pasión: creo firmemente que todo lo que hagas en la vida tiene que estar lleno de pasión, de ganas, de ilusión… si no es complicado llegar a buen puerto.
- La familia: son el apoyo más importante, sin duda mi debilidad. Mis padres, mi hermana, mi abuelo, mi perro… el amor que siento hacia ellos es incondicional.
«Nunca me veo realmente como alguien especialmente talentoso. En lo que me destaco es en una ridícula… enferma… ÉTICA DE TRABAJO» – Will Smith